Nosotros

Descripción de la Institución

El Colegio de Señoritas “El Sagrado Corazón”, es una institución dedicada a la educación de la mujer

También tiene como finalidad la formación integral de las alumnas en los aspectos: académico, tecnológico, cultural, físico, artístico, moral y espiritual.
Por ello forma parte fundamental de nuestro proyecto educativo la formación en valores, el reconocimiento de la diversidad humana y cultural, el respeto al medio ambiente, el fortalecimiento de la fe y la formación científica, tecnológica y social. Lo que nos conduce a formar personas autónomas que se desenvuelvan con una capacidad crítica-creativa, y como agentes de cambio contribuyan al desarrollo de su entorno.

Mujeres
Líderes

Misión

Formamos a mujeres líderes y competentes, enriquecidas en valores morales y espirituales, que desarrollan con excelencia su potencial y autoestima, capaces de generar los cambios para el progreso de su entorno, a través de una educación integral y vanguardista.

Visión

Trascender en el progreso de la sociedad a través de la integridad, excelencia y compromiso de nuestras alumnas y egresadas

Nuestra
Historia

En el COLEGIO DE SEÑORITAS “EL SAGRADO CORAZÓN”

Al iniciarse el Siglo XX, una mujer valiente, una maestra, tuvo una visión ambiciosa para la época, fundar un establecimiento educativo destinado a la formación integral de la mujer, pues tenía la certeza que una fémina preparada es un elemento de cambio en la sociedad. Es así, como en 1905, empieza a hacerse realidad esa visión, cuando doña Susana Illescas de Palomo funda, con el nombre de Colegio “La Concepción”, una institución educativa para señoritas. Dentro de sus primeras alumnas está Elena Aparicio, quien se gradúa de Maestra en 1912. A partir de 1923, decide consagrarlo al Sagrado Corazón y desde ese momento la institución educativa se convierte en lo que hoy es El Colegio de Señoritas “El Sagrado Corazón”. En 1943, tres de las hijas de su antigua alumna, Elena Aparicio de González, estaban en el colegio: Olga como maestra; Helen y Hilda todavía como alumnas. Al poco tiempo, Doña Elenita empieza a fungir como subdirectora y colaborando con ella sus otras hijas: Adelina, Ofelia y Esther. Doña Susana decide vender el Colegio a Doña Elenita, quien asume desde entonces la Dirección del mismo. Doña Elenita se distinguió siempre por su espíritu de lucha y tenacidad. Trabajó al lado de sus hijos con mucha entrega y dedicación. Gracias a Dios, el colegio fue creciendo, pues año con año se hacían mejoras e innovaciones, ejemplo que siguieron sus hijos y hoy en día somos un gran complejo educativo. Durante muchos años el colegio contó con internado, en el cual se les brindaba a las alumnas un ambiente familiar y una atención especial en todo sentido (alimentación, cuidado, deporte, recreación), siendo supervisado personalmente por Doña Elenita y sus hijos. Al final de la década de los cincuenta, Doña Elenita enfermó, pero aun así continúa al frente del colegio. En el mes de agosto de 1961, su labor es reconocida cuando el señor presidente Ydígoras Fuentes le otorga la ORDEN DEL QUETZAL y la Unión de Mujeres Americanas la nombra MUJER NACIONAL. Su ejemplo impulsa a sus hijos a continuar con su labor. El colegio sigue creciendo con el esfuerzo, compromiso y entrega de todos. Ellos inyectan ese amor y ese espíritu a sus nietos, quienes hasta la fecha contribuyen al engrandecimiento de su querido establecimiento. El esfuerzo de la familia González Aparicio ha sido grande. El colegio que Doña Elenita adquirió en 1943 se está proyectando de una forma arrasadora, siendo hoy uno de los centros educativos de más prestigio en Centro América. La familia González Aparicio, con la participación de 4 generaciones, se ha dedicado a esta obra educativa como continuadores de una sublime vocación y ha sido un gran aporte para formar a la juventud femenina guatemalteca. Ha puesto todo su dinamismo y preparación para engrandecer aún más la obra física y cultural que les fue legada. Los logros alcanzados son muchos, tanto en lo académico, como en lo deportivo, lo cultural y lo artístico, sobresaliendo a nivel nacional e internacional. El aspecto moral y religioso es prioritario para nosotros. Inculcamos a nuestras alumnas valores que les permitirán desarrollarse dentro de la sociedad como elementos positivos de cambio, basados siempre en la fe en el Sagrado Corazón y en la Santísima Virgen María.

Nuestros
Valores